El sistema endocannabinoide
Para entender cómo funciona el cannabis en el tratamiento del dolor crónico de espalda o de nuca, primero debemos entender cómo este interactúa con el cuerpo humano.
El cannabis afecta a los humanos cuando sus compuestos químicos activos, llamados cannabinoides, son procesados por el sistema endocannabinoide. Dicho sistema es crucial para todos los humanos, ya que se encarga de controlar o tener efecto en varias funciones sumamente importantes. Entre ellas se encuentran el hambre, la respuesta al estrés, la consolidación de la memoria, la inflamación, el sueño, el control muscular, la energía, el dolor y la regulación del estado de ánimo.
El sistema endocannabinoide está compuesto por 3 partes principales: los endocannabinoides, los receptores y las enzimas. Los endocannabinoides son moléculas muy similares a los cannabinoides encontrados en el cannabis, pero que son producidos naturalmente por nuestro organismo. Estos endocannabinoides se unen perfectamente a los receptores endocannabinoides (específicamente llamados receptores CB1 y CB2), quienes se encuentran distribuidos ampliamente por las superficies celulares. Luego, enzimas específicas degradan/rompen dichos endocannabinoides, para que estos puedan ser eliminados de nuestro sistema.
Cuando funciona adecuadamente, se cree que este sistema mantiene la homeostasis (o el balance) del cuerpo humano.
Una de las funciones claves del sistema endocannabinoide es la regulación de las sensaciones dolorosas a través de todos los estadios del procesamiento del dolor. A pesar de que ya hace miles de años que los humanos utilizan al cannabis como analgésico, fue hace relativamente poco que se descubrió el sistema endocannabinoide, que por fin nos ha dado la posibilidad de entender lo que hace.
El sistema endocannabinoide cumple con su efecto analgésico principalmente a través de la estimulación de los receptores CB1 y CB2, gracias a su unión con los endocannabinoides naturales del cuerpo humano.
Podemos encontrar a los receptores CB1 distribuidos ampliamente en todo el sistema nervioso, tanto central como periférico. Y gracias a esto, pueden jugar un rol clave en la señalización del dolor. La activación del CB1 regula negativamente la neurotransmisión a nivel de todo el sistema nervioso, lo que hace que disminuyan las señales de dolor, y por ende, nuestra percepción del dolor. La estimulación de dichos receptores puede incluso modificar el componente emocional del dolor, modificando nuestra respuesta emocional al dolor.
En un estudio que se encargó de demostrar cómo los receptores CB1 afectan el dolor, los científicos eliminaron genéticamente estos CB1 de todo el sistema nervioso periférico (preservando aquellos del sistema nervioso central) de unos ratones, y luego estos fueron tratados con cannabinoides. En aquellos ratones sin CB1, los efectos analgésicos de los cannabinoides se vieron reducidos significativamente. Esto sugiere que la estimulación de los receptores CB1 periféricos es una forma importante que tiene el sistema endocannabinoide de disminuir el dolor.
En cambio, los receptores CB2 se encuentran principalmente en las células inmunes, lo que podría jugar un rol importante en la resolución de los estadios del dolor, mediante la regulación de la actividad de ciertas células del sistema inmunitario del sistema nervioso central. Por ejemplo, en un estudio, los científicos estimularon químicamente dichos receptores en ratones, y vieron un descenso de las conductas evocativas del dolor. En otros estudios en los que se encargaron de analizar los efectos del receptor CB2, vieron como la activación de estos receptores fue capaz de reducir los niveles de marcadores de inflamación, dolor y dolor nociceptivo (dolor relacionado con daño directo al organismo).
A pesar de que originalmente se le atribuía esta cualidad únicamente a la presencia de receptores CB2 en las células inmunes, nueva evidencia sugiere que estos receptores podrían expresarse a nivel de las neuronas sensoriales y fibras nerviosas. Los científicos se inclinan a pensar que existirían otras vías por las que los receptores CB2 podrían mediar la señalización del dolor, tal como lo sería la activación indirecta de los receptores opiáceos.
Aunque los científicos aún se encuentran descubriendo en detalle cómo es que todo esto funciona, las investigaciones realizadas hasta el momento dejan en claro que la estimulación del sistema endocannabinoide puede reducir el dolor. Teóricamente, mediante la activación de los receptores endocannabinoides, el cannabis sería capaz de aliviar el dolor a nivel de la espalda, la nuca e incluso más.
Cannabis y el dolor de espalda/nuca
En cuanto a las investigaciones específicas acerca de la utilización del cannabis para el dolor de espalda o de nuca, estas son bastante limitadas. La mayoría de los estudios sobre el cannabis y el dolor se enfocan en el dolor neuropático o el dolor específico de condiciones médicas como el cáncer o el VIH. A pesar de esto, podemos aprender cómo el cannabis ayudaría a tratar el dolor de espalda o de nuca si analizamos aquellos estudios centrados en cómo el cannabis afecta al dolor en general.
A medida que nos adentramos en los estudios acerca del cannabis y el dolor crónico, un hecho es claro: el dolor es una de las razones más comunes por la que los pacientes han reportado utilizar marihuana medicinal. Las encuestas en las que se indagó por qué los pacientes usan cannabis medicinal demostraron que un gran porcentaje utiliza cannabis para tratar el dolor crónico, y uno de estos estudios reportó porcentajes tan altos como el 97%.
Y lo que es incluso más interesante es que dichos pacientes reportaron estar felices con los resultados. En una encuesta llevada a cabo por la UC Berkeley, el 81% de los pacientes reportaron que el cannabis por sí solo es más efectivo en el alivio del dolor que los opioides, habiendo reportado resultados similares en aquellos pacientes utilizando analgésicos no opiáceos.
Sin lugar a duda, la información reclutada por las encuestas no es tan confiable, dado que los pacientes podrían no ser capaces de diferenciar si se vieron afectados por el cannabis en lo que respecta al alivio del dolor, ya sea por el efecto placebo o por otra cosa. Por esto es importante también analizar datos clínicos y preclínicos dentro de los estudios controlados por científicos.
Los investigadores estudiando al cannabis y al dolor se han visto entreverados en lo que es el análisis de estas investigaciones. Existen varias meta-revisiones sobre las propiedades analgésicas del cannabis, y los autores parecieran estar en desacuerdo sobre qué tan convincente es está evidencia. A pesar de esto, casi todo el mundo está de acuerdo en que se necesitan más investigaciones para poder entender completamente cuál es la mejor forma de utilizar los productos cannábicos disponibles, y si los beneficios analgésicos superan a los riesgos del cannabis.
Por ejemplo, en una meta-revisión del 2017 sobre literatura cannábica, las Academias Nacionales de Ciencias e Ingeniería reportaron que hay evidencia sustancial de que el cannabis es un tratamiento efectivo para el dolor crónico en adultos, y suele producir niveles moderados de analgesia. Sin embargo, ellos especificaron que “poco se sabe acerca de la eficiencia, dosis, vías de administración o efectos adversos de los productos cannábicos comúnmente utilizados y comercializados”, y los autores recomiendan que se lleven a cabo más investigaciones para clarificar estas preguntas.
Los autores de una revisión del 2019 están de acuerdo en que existen investigaciones que indicarían que el cannabis podría ser eficiente para el dolor, y que las investigaciones realizadas hasta el momento no representan adecuadamente los productos cannábicos utilizados comúnmente. Recomiendan precaución.
Ellos explicaron que todavía se hace difícil generar estudios clínicos relevantes sobre el cannabis debido a las restricciones en las investigaciones. La mayoría de los estudios acerca de los efectos analgésicos del cannabis utilizan cannabis inhalado – en vez de tinturas o comestibles – que se utilizan por varios pacientes del dolor crónico. Estas opciones inhalables suelen ser suplementadas por las agencias gubernamentales, y puede que no tengan perfiles químicos similares a las disponibles en los dispensarios. Hay una verdadera brecha en investigación en cuanto al conocimiento científico sobre las mejores formas de utilizar los productos cannábicos disponibles de manera segura y efectiva para aliviar el dolor.
Una revisión del 2017 sobre la evidencia obtenida en la Universidad de Harvard halló evidencia “modesta”, a partir de ensayos clínicos, que apoya el uso del cannabis como analgésico. La encuesta también descubrió evidencia inicial de que el cannabis podría ayudar a reducir el consumo de opioides cuando estos dos son utilizados en conjunto. De todas formas, al igual que en las otras revisiones, ellos recomiendan que más investigaciones sean realizadas para poder tener un mejor entendimiento sobre los potenciales efectos adversos, y para poder tener una visión más clara de cómo utilizar eficazmente al cannabis como analgésico.
Aparte de estas revisiones, otros estudios nos han brindado información valiosa acerca de las formas en que diferentes tipos de cannabis, o formas de consumirlo, podrían afectar al dolor. Por ejemplo, un estudio demostró que la utilización de THC y CBD conjuntamente mejora las habilidades analgésicas del cannabis en comparación con cualquiera de ellas por sí solas. Otro estudio halló que los pacientes que utilizaron métodos de consumo inhalables tuvieron menos eventos gastrointestinales negativos en comparación con aquellos consumidos por vía oral.
Efectos adversos potenciales del uso de cannabis
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