Resumen
¿Puede el cannabis ayudar a tratar la adicción? Ciertas investigaciones sugieren que el cannabis tiene el potencial de ayudar a aquellos con trastornos por abuso de sustancias. Algunos centros de tratamiento ya lo están aceptando.
Estudios en animales muestran que el sistema endocannabinoide juega un papel central en la drogadicción, por lo que, en teoría, modular este sistema con cannabis podría ayudar a quienes están en el proceso de abstinencia.
Adicionalmente, existe evidencia de investigaciones en humanos sugiriendo que el cannabis puede ser capaz de ayudar a aquellos con varias adicciones a encontrar un camino más fácil hacia la recuperación.
A pesar de esto, se necesitan más investigaciones antes de que se puedan realizar conclusiones claras acerca de la eficacia y las potenciales maneras de usar el cannabis para tratar una adicción.
Además, tanto porque aproximadamente el 10% de los consumidores de cannabis desarrollarán un trastorno por consumo de cannabis, como porque el cannabis en sí mismo es una droga psicotrópica gratificante, muchos profesionales de la adicción pueden verlo como un tratamiento indeseable de otros trastornos por abuso de sustancias.
Cómo funciona el cannabis con respecto a la adicción
El sistema endocannabinoide existe en todos los vertebrados y ayuda a regular funciones cruciales tales como el sueño, el dolor y el apetito. El cuerpo produce sus propios cannabinoides, los cuales modulan y activan varias funciones, pero como el nombre lo sugiere, el sistema endocannabinoide puede también ser modulado y activado por los cannabinoides encontrados en la planta del cannabis. Ya que todo el sistema fue recién descubierto en los últimos 30 años, los científicos todavía tienen mucho que aprender acerca de las innumerables formas en que el cannabis afecta al cuerpo humano.
El sistema endocannabinoide está íntimamente involucrado, y juega un rol crucial en el proceso neurobiológico que subyace a la adicción a las drogas. Los endocannabinoides y sus receptores se expresan en las principales áreas del cerebro que participan en el inicio y mantenimiento del consumo de drogas, así como en el desarrollo de compulsión y pérdida de control en torno a la adicción.
Además, el sistema endocannabinoide interactúa con los sistemas opioidérgicos, que están relacionados con la adicción y la recompensa. Los receptores de ambos sistemas se encuentran en muchas de las mismas áreas del cerebro y con frecuencia se activan al mismo tiempo. La investigación sobre esta interacción ha descubierto una relación bidireccional entre los receptores en estos sistemas cuando se trata de las propiedades gratificantes de las drogas.
El bloqueo de la actividad de uno de los dos principales receptores endocannabinoides en ratas reduce significativamente los efectos gratificantes de la morfina. De manera similar, el bloqueo del receptor de opiáceos reduce estos mismos efectos del THC, por lo que es probable que tanto el sistema endocannabinoide como los sistemas opioidérgicos estén involucrados en la creación de sensaciones placenteras y gratificantes asociadas con el uso de drogas.
Adicionalmente, un estudio en humanos encontró que uno de los principales receptores de endocannabinoides está regulado al alza entre los consumidores de opioides – lo cual soporta la idea de que el sistema endocannabinoide es relevante para el desarrollo de la adicción a los opiáceos.
Estudios médicos sobre la adicción y el cannabis
Mientras que está claro que el sistema endocannabinoide está fuertemente involucrado con los procesos detrás de la adicción, y que por sí solo no nos dice si el cannabis puede ayudar a quienes padecen de adicción. Sin embargo, hay una gran cantidad de investigaciones que analizan exactamente esa pregunta.
Una forma en que el cannabis puede ayudar es como sustituto de otras sustancias adictivas que tienen un perfil de seguridad peor que el cannabis. Los investigadores han observado que cuando los pacientes consumen cannabis y opiáceos juntos, tienden a disminuir su consumo de opiáceos en un 40-60% – e informan menos efectos secundarios negativos, una mejor función cognitiva, una mejor calidad de vida y una preferencia por el cannabis sobre los opioides. Otros estudios han demostrado que el cannabis puede reducir la cantidad de opiáceos necesarios para conseguir el nivel deseable de alivio del dolor. Una teoría cree que esto es cierto debido a un efecto sinérgico entre el cannabis y los opiáceos, que da como resultado un mayor alivio del dolor juntos de lo que cualquiera de los dos ofrece individualmente.
También hay evidencia de que el cannabis puede ayudar a aliviar los síntomas de abstinencia de opioides, lo que resulta en mayores tasas de éxito en el esfuerzo de abstinencia. Otra investigación sugiere que en realidad podría aumentar la gravedad de los síntomas de abstinencia. Es posible que los resultados contradictorios de la investigación se puedan explicar por las diferencias en el tipo de cannabis consumido.
Un estudio clínico demostró que las dosis altas de CBD ayudaron a los pacientes que se abstuvieron de consumir heroína a reducir en más del 75% los antojos y la ansiedad que se producen en respuesta a las señales relacionadas con las drogas. El efecto se produjo tan pronto como una hora después de tomar el CBD y duró hasta siete días. Dado que el CBD se considera extremadamente seguro y no adictivo, podría ser un complemento excelente para apoyar los esfuerzos de abstinencia.
Mientras que la mayoría de los estudios en cannabis y la adicción se centran en opiáceos, sus beneficios se pueden extender a otras drogas también. Los estudios sugieren que el cannabis y sus compuestos pueden ser útiles a la hora de tratar problemas de adicción a varias sustancias, incluyendo al tabaco, el alcohol y la cocaína.
Otro estudio clínico sobre fumadores que intentaban dejar de fumar descubrió que el uso de CBD ayudó a reducir significativamente la cantidad de cigarrillos fumados – en un 40%.
Un estudio sobre utilizar el CBD con alcohol descubrió que consumir CBD y alcohol juntos generaban niveles de alcohol en sangre significativamente más bajos que aquellos que consumían alcohol solo. Esto sugiere que el CBD podría disminuir el impacto de la intoxicación por alcohol en el cuerpo, ofreciendo cierta protección contra un nivel alto de alcohol en sangre.
Un estudio sobre la adicción a la cocaína entre las personas con Trastorno de Déficit de Atención (TDAH) – que estaban recibiendo un tratamiento ambulatorio por dependencia a la cocaína – encontró que quienes también consumían cannabis durante el tratamiento tenían tasas más altas de éxito en el programa.
Igualmente, se precisan más investigaciones para entender la manera más efectiva de trabajar con cannabis con el fin de obtener estos posibles beneficios.
Si deseas usar cannabis para tu propio proceso de abstinencia, trabajar con un médico especialista en cannabinoides puede ser una manera excelente de obtener orientación y apoyo personalizado en este camino.
Posibles efectos secundarios del consumo de cannabis
A pesar del potencial positivo del cannabis para ayudar con la adicción, el cannabis viene con una serie de efectos secundarios que implican tratamiento. En general, los efectos secundarios son modestos, pero pueden incluir síntomas como dificultades medianas en la concentración y la memoria, aturdimiento, corazón acelerado, boca seca, náuseas y fatiga.
Sin embargo, cuando se trata de tratar la adicción, el cannabis puede plantear otros problemas. Por un lado, las propiedades estimulantes y gratificantes del cannabis significan que también puede volverse adictivo para algunos, lo que genera tolerancia, dependencia física y síntomas de abstinencia durante la abstinencia, como irritabilidad, agresión, ansiedad, disminución del apetito, pérdida de peso y dificultades para dormir. Aún así, estos síntomas son sustancialmente menos desafiantes que los asociados con la adicción y abstinencia de los opioides.
Otros han reportado que el cannabis incrementa la gravedad de sus síntomas al abstenerse de los opiáceos. Estos reportes conflictivos pueden deberse a la variación en las distintas formas de cannabis, o a las variaciones en la respuesta del paciente. Igualmente, sigue siendo un factor de riesgo a considerar al usar el cannabis para tratar la adicción.
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