¿Tienen las mujeres que consumen más marihuana una mejor vida sexual? Puede ser más complicado que eso. Sin embargo, un estudio publicado recientemente encontró una clara correlación entre la frecuencia de uso de la marihuana y una vida sexual más saludable y agradable para las mujeres. Una posible explicación es que el cannabis puede reducir la ansiedad.
Dicho estudio, publicado en la revista Sexual Medicine a fines de julio, afirma que “el aumento de la frecuencia de uso de la marihuana se asocia con una mejora de la función sexual entre las usuarias”. También añade que esto no depende de la variedad de cannabis que utilicen, de la manera en que lo consumen o el motivo.
Estudios anteriores han llegado a conclusiones similares.
“El consumo de cannabis ha aumentado en la última década, y el impacto del cannabis en la función sexual femenina sigue sin estar claro”, escriben los investigadores. Luego, procedían a detallar cómo obtener algunas respuestas.
El estudio se llevó a cabo entre el 20 de octubre del 2019 y el 12 de marzo del 2020. Se encuestó a adultas que visitaron los dispensarios de una cadena específica, y se les pidió que participaran en una encuesta en línea anónima y no remunerada. La encuesta midió sus hábitos de consumo de cannabis, su historial médico e información demográfica. Luego, utilizó el Índice de Función Sexual Femenina (FSFI) para evaluar su función sexual.
Un total de 452 mujeres hicieron la encuesta. La misma evaluó la puntuación general del FSFI de las mujeres, incluyendo sus niveles de deseo, excitación, lubricación, orgasmo, satisfacción y dolor. De las participantes, el 54,7% tenía entre 30 y 49 años de edad, y el 81,6% estaba en una relación o casada. Más del 70% informó de que consumía cannabis más de seis veces por semana. Por otro lado, casi la mitad dijo que su método preferido era fumar flores.
‘Mejora del deseo sexual, la excitación, el orgasmo’
Los investigadores dijeron que, cuando los resultados se estratifican según la frecuencia de uso (más de tres veces por semana versus menos de tres veces por semana), las que consumían cannabis con más frecuencia obtuvieron una puntuación más alta en la FSFI (28.9 frente a 26.7). También tuvieron puntuaciones más altas en todos los subdominios de la FSFI, excepto en el dolor (5.3 frente a 5.06).
Las usuarias más frecuentes fumaban (49,2% vs. 30%) y vapeaban (17,1% vs. 10%) más que las usuarias menos frecuentes. Éstas tenían el doble de probabilidades de usar comestibles (20% vs. 9,7%). Por otro lado, las usuarias más frecuentes preferían cepas de alto contenido de THC por un margen más alto que las usuarias menos frecuentes (48,2% frente a 31,7%). Además, eran mucho menos propensas a preferir cepas con CBD dominante (8,9% frente a 23,3%).
Al examinar las respuestas de las encuestadas, los investigadores dijeron que “encontraron una relación dosis-respuesta entre el aumento de la frecuencia de consumo de cannabis y la reducción de las probabilidades de disfunción sexual femenina”. Añadieron que el aumento del consumo de cannabis también se asociaba con “una mejora del deseo sexual, la excitación, el orgasmo y la satisfacción general, así como una mejora general de las puntuaciones del FSFI en comparación con las consumidoras menos frecuentes”.
La reducción de la ansiedad podría mejorar las experiencias sexuales
Sin embargo, los autores del estudio no ofrecen una conclusión sólida sobre por qué o cómo el cannabis puede mejorar la función sexual de las mujeres. Los investigadores sí conjeturan que “como muchas pacientes usan cannabis para reducir la ansiedad, es posible que una reducción de la ansiedad asociada con un encuentro sexual pueda mejorar las experiencias y conducir a una mayor satisfacción, orgasmo y deseo“. Además, debido a que el THC “puede alterar la percepción del tiempo”, esto podría prolongar las sensaciones de placer sexual.
Desde un punto de vista más científico, dicen que el receptor cannabinoide CB1 “se ha encontrado en las neuronas serotoninérgicas que segrega el neurotransmisor de serotonina. Éste desempeña un papel en la función sexual femenina, por lo que la activación del CB1 puede conducir a un aumento de la función sexual”.
Los investigadores también estipulan que, como sus sujetos de prueba procedían de una población que hizo una compra en un dispensario de una sola pareja en un período de tiempo determinado, es posible que sólo representen a un subconjunto específico de consumidoras de cannabis y no a la población más amplia de consumidoras de marihuana.
Si bien el cuestionario medía la frecuencia de uso, no tenía en cuenta la dosis exacta de los productos utilizados, la duración o la cronicidad. Tampoco se incluyó en el estudio a ningún grupo de control de no consumidoras de cannabis.
“El hecho de que el sistema endocannabinoide represente un objetivo viable de terapia a través de la marihuana para la disfunción sexual femenina requiere futuros estudios prospectivos. Sin embargo, toda terapia debe equilibrarse con las posibles consecuencias negativas del consumo de cannabis“, concluyen los investigadores.
Traducción cortesía del El Planteo.
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