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¿Qué tan precisos son los análisis de cannabis?

¿Qué tan precisos son los análisis de cannabis?

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A partir de la legalización del cannabis en muchos estados de los EEUU, innumerables cultivadores y fabricantes del mercado están en una loca carrera para producir la flor con más alto contenido de THC. Pero con una aparente correlación directa entre el nivel de THC y la popularidad de las cepas, ¿existe algún negocio tras bastidores? ¿Son las pruebas de laboratorio y los certificados de análisis tan precisos como suponemos que son?

Lo que sí sabemos es que varios laboratorios han sido acusados de inflar artificialmente los niveles de THC, y que los resultados pueden ser preocupantemente inconsistentes.

“Nadie nunca ha ofrecido dinero bajo la mesa para obtener un número alto en su prueba de THC. Nunca he visto que eso suceda”, dijo el director del laboratorio Juniper Analytics, Ben Armstrong, al describir el funcionamiento interno de las pruebas de laboratorio de cannabis.

Armstrong dijo que, aunque había oído hablar de laboratorios en Oregon, Washington y California que han sido sorprendidos inventando resultados, “han sido cerrados y ese negocio ha desaparecido”.

“La mayoría de las personas involucradas en las pruebas de cannabis están tratando de dirigir un negocio legítimo”, añadió, y “aumentar la potencia del producto no te va a hacer ningún favor a largo plazo”.

Formas de saber lo que hay en tu producto de cannabis

La mayoría de los estados que han legalizado el cannabis exigen algún tipo de prueba en un laboratorio acreditado, aunque los requisitos y normas específicas varían.

Además de permitir que los consumidores sepan cuánto THC o CBD hay en un producto de cannabis, las pruebas también pueden detectar la presencia de pesticidas, metales pesados, moho y otros contaminantes. Toda esa información se pone en un certificado de análisis, que algunos estados y productores de cannabis ponen a disposición de los compradores.

Debido a la falta de normas de etiquetado y coherencia en la industria del cannabis, los certificados de análisis son lo único que tienen los consumidores para saber qué hay dentro de su producto.

Un cogollo puede contener 17% de THC y otro 22%

Se está pesando cannabis en un laboratorio (Anthony Travagliante/ The Cannigma)

“Las pruebas son más complicadas de lo que mucha gente puede imaginar”, dijo Armstrong, añadiendo que su empresa utiliza muchos de los mismos instrumentos analíticos usados por las empresas farmacéuticas.

Pero si los instrumentos son tan sofisticados, y los analistas son tan honestos, ¿cómo puede el mismo lote de cannabis tener diferentes resultados en diferentes laboratorios?

“El cannabis no es homogéneo. Dentro de una sola planta, la flor de la parte inferior y la de la parte superior pueden tener una variación del 3% al 5% de THC. Puedes hacer que un cogollo de la parte inferior salga con un 17% de THC y uno de la parte superior con 22%.”

No hay recursos suficientes para la supervisión y la aplicación

Principalmente, el problema de los análisis de cannabis es de mano de obra y las autoridades de algunos estados están sobrecargadas de trabajo y no pueden supervisar adecuadamente la industria.

La Autoridad de Salud de Oregon encontró que “sin un mecanismo para verificar los resultados de las pruebas, el programa de pruebas de marihuana de Oregon no puede asegurar que los resultados de las pruebas sean confiables y los productos sean seguros. El personal inadecuado y los procesos ineficientes reducen la capacidad de asegurar que los laboratorios de marihuana de Oregon operan consistentemente bajo los estándares de acreditación. Asimismo, las presiones de la industria pueden afectar las prácticas de los laboratorios y la exactitud de los resultados”.

Washington también tiene razones para preocuparse

Los laboratorios acusados de “endulzar” las pruebas de THC

En 2017, el laboratorio de análisis de cannabis más grande del estado, Peak Analytics, fue objeto de una queja de algunos miembros de la industria que afirmaron que habían “estado ‘endulzando’ sus pruebas de contenido de THC y etiquetando una proporción anormalmente baja de contaminación microbiana en el cannabis”, informó Leafly.

Según los datos proporcionados a Leafly por la Asociación de Laboratorios de Cannabis de Washington, en promedio, las muestras de flores de Peak Analytics recibieron resultados de THC cinco puntos porcentuales más altos que los de sus competidores.

La denuncia afirmaba que “los minoristas han notado que, cuando sus vendedores de marihuana cambian los servicios de pruebas a Peak Analytics, sus valores de potencia suben 1,5 veces”. También que “algunos minoristas han comenzado a solicitar a sus compradores que testeen el producto en Peak Analytics, sabiendo que se vende mejor con cifras más altas”.

En respuesta, Peak Analytics le dijo a Leafly que cumple con todas las regulaciones estatales, locales y de la Junta de Control del Estado de Washington.

En 2019, Leafly reportó que Peak Analytics falló en la auditoría de las pruebas microbianas, que su licencia fue suspendida y posteriormente el laboratorio fue cerrado por el WSLCB. Ese mismo año, la legislatura del estado de Washington votó para transferir la acreditación de los laboratorios de cannabis del WSLCB al Departamento de Ecología del estado.

En el primer informe del Departamento de Ecología en 2019, se declaró que “todavía no existen normas de calidad de laboratorio ampliamente aceptadas para el análisis de las plantas y productos de cannabis“. Una de las recomendaciones fue la de formar un grupo de trabajo científico sobre cannabis, que entró en vigor en 2020.

¿Están los laboratorios haciendo las mismas pruebas?

Pero, ¿es posible que el verdadero problema es que no haya un único organismo gubernamental o de supervisión de terceros en todo el país?

Según la Dra. Linda Klumpers, fundadora de Cannify, parte del problema es que, mientras que en muchos estados existen requisitos de pruebas analíticas químicas sólidas, “no hay comparación entre los laboratorios por parte de un organismo oficial, especialmente no a nivel nacional”.

Añadió que los laboratorios requieren la certificación ISO 17025, pero que ésta sólo certifica “que lo que están haciendo se ejecute correctamente. No garantiza que el método aplicado sea realmente correcto para ese análisis en particular”.

O en otras palabras: los laboratorios podrían estar realizando pruebas diferentes, y posiblemente incorrectas.

Klumpers describió una situación en la que, en ausencia de una autoridad central que establezca métodos de prueba estandarizados, “cada laboratorio tiene que construir su propio método”.

Como resultado, se puede tener un rango de variabilidad entre los laboratorios, “incluso dentro del mismo estado al testear la misma muestra de cannabis”, agregó Klumpers.

Una mala situación para los pacientes medicinales y para el cannabis en general

“No se debe tomar una dosis insuficiente o una sobredosis, ya que cualquiera de las dos puede tener consecuencias perjudiciales para la salud”, dijo Klumpers. Esto puede ser un problema si no se conoce la potencia o el contenido exacto de cannabinoides del producto que se está comprando.

“Hay que estudiar más a fondo la forma en que esto sucede”, dijo. Sin embargo, “las concentraciones reportadas de THC o CBD en las etiquetas de los productos ya han demostrado ser varias veces demasiado altas o demasiado bajas” que las reales.

Según Mara Gordon, cofundadora de la empresa Aunt Zelda’s, con sede en California, que produce una amplia variedad de medicinas a base de cannabis, “en los primeros tiempos los resultados de laboratorio eran ridículos o inconsistentes”.

Gordon dijo que la situación ha mejorado desde la aprobación de la Proposición 64 en 2016, que legalizó la venta de marihuana de uso adulto en California, pero que los análisis de laboratorio “deben ser realizados por el gobierno o las universidades, no por empresas con fines de lucro. El modelo de negocio no tiene sentido y como resultado tienen que encontrar otras formas de hacer dinero”.

Afirma que esto podría implicar “vender resultados de laboratorio más altos, ocultando los pesticidas en el informe del laboratorio o cosas así”.

En general, sin embargo, Gordon no culpa a los laboratorios: “es la obsesión con el THC la que está cambiando el cannabis”, dijo, “y no para mejor”.

“Cuando el THC se eleva tanto – como el 30% o 35% – algo tiene que ceder. Esto significa que los terpenos y otros cannabinoides deben bajar sus niveles”, dijo Gordon.

Traducción cortesía del El Planteo.

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