¿Qué pasaría si existiese un tipo de marihuana que es completamente legal, seguro de usar, está disponible para comprar en la tienda de la esquina y ni siquiera marcaría en exámenes de drogas? Suena muy bueno para ser verdad, y desgraciadamente, lo es.
El delta-8-THC, pariente cercano del delta más famoso delta-9-THC, actúa similarmente en varias maneras, produciendo efectos terapéuticos relativamente altos e idénticos.
Este compuesto es producido en muy pequeñas cantidades de marihuana y cáñamo, pero la mayoría de lo que se encuentra en el mercado de hoy está convertido sintéticamente en un laboratorio, y vendido en enormes cantidades, las cuales no son encontradas en la naturaleza.
Debido a que la mayoría de los productos delta-8 derivan de plantas de cáñamo, se cree que estas mismas escapan de las leyes federales con respecto al cannabis. También es promocionado como natural y seguro.
Pero deberías considerarlo seriamente antes de comprar delta-8. No es tan legal como lo suelen sugerir los promotores y comercializadores, tampoco está claro que tan seguro es su consumo, y sobre todas las cosas, a pesar de sus contradicciones, lo más probable es que el delta-8-THC aparezca en exámenes de drogas.
¿Qué es el delta-8-THC?
La planta de cannabis puede producir un gran número de compuestos activos – aquellos únicos al cannabis son denominados cannabinoides. Cerca de 150 diferentes cannabinoides ya han sido identificados, pero los dos más comunes y abundantes son el delta-9-THC y el CBD. El delta 9-THC y el CBD pueden ser encontrados en altas concentraciones, aproximándose a un 20% o hasta un 30% de concentración. Pero los cannabinoides menores, como el delta-8-THC, generalmente se encuentran en concentraciones por debajo del 1%.
El delta-8-THC, al igual que muchos otros cannabinoides, fue descubierto inicialmente en 1940 por Roger Adams, y luego sintetizado en 1960 por Raphael Mechoulam. Técnicamente hablando, no es producido por la planta, sino más bien una degradación producto del delta-9-THC, como resultado de las condiciones de envejecimiento y almacenamiento.
Curiosamente, a la par del delta-9-THC, el delta-8 es uno de los pocos cannabinoides considerados intoxicantes. La mayoría de los cannabinoides son psicoactivos con potenciales propiedades farmacológicas, pero dejarte volado no es una de ellas. Es más, el delta-8-THC ha demostrado ser menos intoxicante que el delta-9-THC, con un estudio que indica que esta última es dos tercios más potente.
Debido a que el delta-8-THC solo ocurre en minúsculas cantidades en camaño y marihuana, es más probable encontrarse con productos con infusión de delta-8 producidos sintéticamente, tales como aceites, tinturas, distintos tipos de comestibles y hasta plantas de cannabis secas.
Además de ser una versión más ligera del delta-9-THC, delta-8 también fue descubierto científicamente como un potencial tratamiento a numerosas condiciones médicas; tales como vómitos y náuseas, glaucoma, dolores e inflamaciones. De igual manera cabe destacar que la mayoría de este conocimiento científico proviene de estudios en animales.
Delta-8-THC vs delta-9-THC: Cómo funciona y que se siente
La farmacología del delta-8-THC es bastante similar a la del delta-9-THC. Ambas interactúan con el sistema endocannabinoide: un sistema de cannabinoides, receptores celulares y enzimas que ayudan a mantener la homeostasis en el cuerpo. El sistema endocannabinoide ha demostrado ser eficiente para regular muchas funciones claves, tales como la memoria, el sueño, el hambre, el estado de ánimo y la respuesta inmunológica del cuerpo.
Los científicos creen que el delta-8 es metabolizado de manera similar y es expuesto a los mismos procesos que el delta-9-THC. Sin embargo, tienen menos afinidad a receptores endocannabinoides, lo cual es más probable que cause efectos más moderados – a la vez, otorgándole el nombre de “marihuana leve” al delta-8.
Este efecto de “marihuana leve” es lo que lo hace tan atractivo a la gente con menor tolerancia al delta-9-THC, o a aquellos en busca de efectos ligeros durante jornadas laborales, o circunstancias que requieren mayor enfoque y atención. Pero la “marihuana leve” solo forma una pequeña parte de la enorme popularidad y demanda detrás de estos productos.
¿Cómo se hace el delta-8-THC?
Suele decirse que el delta-8-THC es un compuesto naturalmente extraído del cáñamo, pero en verdad, solo se encuentra en muy pequeñas cantidades en la naturaleza.
Según Christopher Hudalla, fundador y director científico de Proverde Labs, una empresa de Massachusetts dedicada al testeo de cannabis, declaró que “a partir de 100 muestras de cáñamo, 98,5% no contenían muestras significativas de delta-8-THC. Y las que sí demostraron muestras significativas, su concentración promedio giraba en torno al 0.0018%”.
A pesar de que el delta-8 es recurrente de forma natural en las plantas de marihuana y cáñamo (sí, son las mismas plantas), Hudalla informó a Seed and Stem a comienzos de este año que casi todo el delta-8 en el mercado fue convertido a CBD mediante un proceso sintético.
Mientras que existe al menos una patente estadounidense de un método de extracción de delta-8, y varios tutoriales de YouTube, consumir estos productos no es necesariamente una buena idea. A no ser que sea manufacturado por una empresa cualificada en las instalaciones adecuadas, la completa falta de regulación significa que cualquiera puede estar convirtiendo CBD a delta-8-THC en su propio garaje, sin ningún tipo de vigilancia o estándares.
¿Es el delta-8-THC seguro de usar?
Sería incierto asumir que solo porque los productos de delta-8 están disponibles a la compra, que estos mismos son de uso seguro. Respecto a la seguridad, los dos factores más importantes a tener en cuenta son la producción (estándares y regulaciones) y las investigaciones respecto al producto.
Con respecto a la producción, no existen regulaciones o estándares, lo que significa que cualquiera puede estar haciendo estos productos en su propio garaje y distribuyendolos con etiquetas atractivas en tiendas o en línea.
Estas etiquetas significan poco si no son fiables y no son sometidas a testeos de requerimientos y reglamentos.
Quizás la etiqueta dice que no se encuentra delta-9-THC dentro del producto, o quizás también dice que solo está compuesto por ingredientes sanos y naturales. Dentro de un marco regulatorio sin restricciones o estándares, nada de esto importa – no existe manera de saber si esta información es fiable. Este problema ya se ha identificado con productos de CBD en el pasado.
Incluso si te encuentras en una situación en la que eres capaz de verificar los estándares de producción e ingredientes activos, simplemente no hay la literatura científica suficiente como para apoyar la seguridad detrás de consumir altos niveles de delta-8-THC a largo plazo.
Por ahora, no sería aconsejable consumir tales productos. Si tienes acceso a cannabis regulado que haya sido producido mediante estándares adecuados, no hay razón para andar buscando productos delta-8. Si tienes poca tolerancia al THC y estás buscando un efecto más ligero, sería simplemente mejor buscar cannabis con menores concentraciones de THC.
¿Aparecerá el delta-8-THC en exámenes de drogas?
Es muy probable que el delta-8-THC aparezca en exámenes de drogas, pero depende de algunos factores. Existen diferentes maneras de detectar los niveles de drogas en tu cuerpo – incluyendo testeos de saliva, orina, sangre o hasta pelo. De estas, la orina es la más frecuente y de hecho testea metabolitos de THC (es decir, lo que sobra del THC una vez procesado por tu cuerpo) llamado D9-THC-COOH – no es la presencia del mismo delta-9-THC.
El más frecuente método de testeo de orina, los ‘immunoassays’, no son muy fiables y pueden producir ambos resultados, tanto falsos positivos como falsos negativos.
Un segundo método, conocido como la cromatografía de gas/ espectrometría de masa, es más acertado y frecuentemente usado para testear resultados positivos de los immunoassays. A diferencia de los immunoassays, los cuales detectan una variedad de metabolitos, el GC/MS estaría en búsqueda específica del D8-THC-COOH con el fin de detectarlo. Así que depende del tipo de testeo utilizado para saber si el delta-8-THC es detectable, o si se está en búsqueda o no del D8-THC-COOH.
¿Es el delta-8-THC legal?
La popularidad del cáñamo puede rastrearse al Proyecto de Granja del 2018, un segmento de legislación que efectivamente legalizaba el cáñamo, el cual se define como cannabis conteniendo menos del 0.3% del delta-9-THC. A diferencia de los productos delta-9-THC que son solo disponibles (legalmente) en determinados dispensarios de cannabis, los productos de cáñamo pueden ser encontrados en cualquier lugar del internet o dispensarios a través del país.
Aquí es cuando se complican las cosas. Mucha gente suele asumir erróneamente que ya que el delta-8-THC puede ser derivado del CBD en cáñamo, esto lo hace legal.
La Administración para el Control de Drogas (DEA), realizó recientemente una declaración, aclarando que “Todos los sintéticamente derivados tetrahidrocannabinoides quedan regulados bajo control de substancias”. Dentro de esta clase de cannabinoides se encuentra el delta-8-THC – que está actualmente listado como delta-6-THC (usando diferente nomenclatura) – en el Acta de Sustancias Controladas.
Adicionalmente, según la FDA, los productos conteniendo derivados de compuestos cannábicos – sin importar su fuente – son sujetos a las mismas autoridades y requisitos que las otras sustancias reguladas por la FDA. Entonces, ya que el delta-8-THC no está aprobado por la FDA, se sigue considerando ilegal a nivel federal.
Algunos estados también prohibieron específicamente los productos delta-8-THC. Estos estados – Alaska, Arizona, Arkansas, Colorado, Delaware, Idaho, Iowa, Mississippi, Montana, Rhode Island, y Utah – incluyen algunos que ya han legalizado completamente las ventas de cannabis de uso adulto.
Investigaciones del delta-8-THC
El único ensayo clínico del delta-8-THC involucrando humanos fue hecho en niños en Israel en 1995.
De acuerdo a investigadores de ese estudio, el delta-8-THC había demostrado ser al menos tan efectivo como el delta-9-THC a la hora de tratar síntomas de náuseas y vómitos en palomas. Y ya que su producción es más barata, “parecía ser de potencial interés terapéutico el investigar el efecto antiemético (anti vómitos) del delta-8-THC en pacientes.”
Investigadores eligieron probar el potencial antiemético del delta-8 en pacientes pediátricos, ya que creyeron poder administrar dosis más altas sin causar efectos secundarios.
A pesar de que el grupo de investigación fue relativamente chico (solo ocho niños), los investigadores concluyeron que “el éxito en evitar vómitos debido al tratamiento antineoplásico en niños, y la esencial falta de efectos secundarios, nos hacen creer que el delta-8-THC en una dosis considerablemente alta respecto a las dosis del delta-9-THC usualmente administrada en adultos, puede servir como nuevo y barato agente antiemético en la quimioterapia de cáncer pediátrico.”
Sin embargo, con la excepción de este estudio, todas las investigaciones terapéuticas potenciales del delta-8 han sido en estudios preclínicos – significando que no fueron conducidos en humanos. Esto incluye investigaciones dentro del potencial del delta-8-THC para tratar el glaucoma, la neuroblastoma y el cáncer oral.
Delta-8 vs delta-10-THC
Recientemente ha habido un gran interés en el delta-10-THC, con algunos hasta sugiriendo que es la próxima gran cosa después del delta-8. Pero comparado con la falta de información presente acerca del delta-8-THC, ha habido aún menos evidencia científica que apoye la seguridad y eficacia de este cannabinoide, que se hizo comercialmente disponible hace poco.
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