Al mismo tiempo que se estudia al cannabis por sus propiedades medicinales y se lo utiliza ampliamente como droga recreativa, se están creando en el laboratorio sustancias similares a los productos químicos activos del cannabis.
Estos cannabinoides sintéticos activan los mismos componentes en el cuerpo que la marihuana, creando a veces efectos similares. Algunos incluso han pasado por rigurosas pruebas de drogas para convertirse en medicamentos aprobados para condiciones médicas específicas. Aún así, otros cannabinoides sintéticos no han sido estudiados, o peor aún, muestran perfiles de seguridad peligrosos. Aunque son de alto riesgo y no están aprobados para el consumo humano, se están comercializando como drogas callejeras de diseño -y a veces causan graves problemas de salud a los usuarios. Esto no sólo puede ser una preocupación para la salud, sino que también puede causar confusión y tener consecuencias negativas para el cannabis natural y sintético más estudiado e investigado.
¿Cómo funcionan los cannabinoides?
Es posible que reconozcas el término “cannabinoide” de la ciencia del cannabis. Normalmente se usa como una abreviatura de los compuestos activos que se encuentran en la marihuana, como el THC o el CBD. Técnicamente, sin embargo, el término correcto para los cannabinoides que provienen de la planta de cannabis es ‘fitocannabinoide’. El término ‘cannabinoide’ se refiere a una clase más grande de químicos activos que, cuando son absorbidos por el cuerpo humano, son capaces de interactuar con el sistema endocannabinoide del cuerpo (SEC).
El SEC desempeña un papel importante en el cuerpo humano, regulando una variedad de sus funciones clave como el dolor, el sueño, la memoria, el hambre y el estado de ánimo. Resulta que el SEC en realidad contiene endocannabinoides producidos naturalmente. Estos son similares en muchos aspectos tanto a los cannabinoides sintéticos como a los fitocannabinoides de la marihuana. Los tres tipos de cannabinoides comparten la capacidad de interactuar con el sistema endocannabinoide activando, bloqueando o modificando la actividad del receptor endocannabinoide.
Los endocannabinoides encajan en estos receptores endocannabinoides (como CB1 o CB2) como una cerradura y una llave. Así, son capaces de estimularlos naturalmente para producir los muchos efectos importantes del SEC. Los receptores CB1 se encuentran principalmente en el sistema nervioso central. Por su parte, los receptores CB2 están principalmente en todo el sistema inmunológico. Los fitocannabinoides como el CBD o el THC, junto con los cannabinoides sintéticos también pueden engancharse a estos receptores y pueden producir una variedad de efectos.
¿Qué son exactamente los cannabinoides sintéticos?
Es importante destacar que los cannabinoides sintéticos se diferencian de los fitocannabinoides y los endocanabinoides en que son creados en un laboratorio, en lugar de producirse mediante procesos naturales en animales o plantas.
La mayoría de los cannabinoides sintéticos fueron desarrollados por investigadores que trataban de crear nuevos medicamentos. Algunos hasta llegaron hasta el final de las pruebas de drogas para convertirse en medicamentos de prescripción aprobados. Pero otros, desarrollados por investigadores que aún estaban en las primeras fases de la investigación, han sido recreados por proveedores de drogas ilegales callejeras y utilizados como “drogas de diseño”. Estos tipos de cannabinoides sintéticos difieren enormemente en sus usos y riesgos potenciales.
Drogas altamente desarrolladas
Por un lado, podemos encontrar drogas altamente desarrolladas que fueron diseñadas para ser medicina funcional. En particular, hay dos medicamentos de cannabinoides sintéticos que están actualmente disponibles como medicamentos de prescripción en múltiples países: Dronabinol y Nabilona. En los países donde son legales, ambas drogas están aprobadas para el tratamiento de las náuseas y los vómitos asociados con la quimioterapia del cáncer, y para tratar la pérdida de apetito y la pérdida de peso de los pacientes con sida.
Diseñados para imitar los efectos de la marihuana (sin estar sujetos a las restricciones legales que la marihuana medicinal encuentra en la mayoría de los países), estos medicamentos pasaron por el mismo proceso de reglamentación que todos los medicamentos de venta con receta tienen que pasar para determinar su seguridad y eficacia. Esto significa que se realizan ensayos clínicos rigurosos para garantizar que funcionen bien y no plantean grandes riesgos para la salud humana.
Dronabinol
El Dronabinol, también llamado por los nombres de marca Marinol o Syndros, es una versión sintética del THC (el agente psicotrópico del cannabis). Al igual que el THC, el dronabinol puede causar efectos como el aumento del apetito, la reducción de las náuseas y un subidón psicoactivo eufórico. Esto lo hace muy útil para el tratamiento de las náuseas, los vómitos y el desgaste comunes en el tratamiento de quimioterapia y la pérdida de apetito que experimentan los pacientes con sida.
En los ensayos clínicos, el Dronabinol se consideró relativamente seguro. Aún así, puede causar una frecuencia cardíaca rápida o una presión arterial baja, y efectos subjetivos como cambios (dependientes de la dosis) en el estado de ánimo, el apetito, la cognición, la percepción y la memoria. Estos efectos también se encuentran en la marihuana medicinal. En estos ensayos, los sujetos desarrollaron una tolerancia al Dronabinol en un lapso de 12 días, lo cual con frecuencia disminuyó estos efectos adversos. Aún así, esta tolerancia no disminuyó sus efectos estimulantes del apetito.
También existen otros efectos adversos como posibles resultados del dronabinol. A saber: falta de energía, palpitaciones cardíacas, rubor facial, dolor abdominal, náuseas, vómitos, amnesia, ansiedad, confusión, despersonalización, mareos, euforia, alucinaciones, paranoia, somnolencia, diarrea, incontinencia, dolor muscular, depresión, pesadillas, dificultades para hablar, tinnitus y problemas de visión.
El dronabinol no es legal en todas partes. En los países en los que lo es, como Estados Unidos, Canadá, Sudáfrica, Australia, Nueva Zelanda y Dinamarca, lo prescribe un médico.
Nabilona
La Nabilona, también conocida por el nombre de marca Cesamet, no es una síntesis directa del THC. Sin embargo, es muy similar a él, y ambos son capaces de activar los receptores CB1. Al igual que el dronabinol, la Nabilona también está indicada para las náuseas, los vómitos y la pérdida de apetito. Sin embargo, la Nabilona sólo está aprobada para los casos en que otros tratamientos antieméticos han fallado. Esto se debe principalmente a que, a diferencia de otros antieméticos, puede tener efectos psicoactivos, como delirios.
La mayoría de los pacientes en los estudios clínicos experimentaron al menos un efecto secundario en un grado leve. Estos incluían somnolencia, vértigo, sequedad de boca, euforia, falta de coordinación, dolor de cabeza y dificultades de concentración. Es importante señalar que este cannabinoide sintético lleva una advertencia de que las sobredosis pueden conducir a episodios psicóticos, incluyendo alucinaciones, reacciones de ansiedad, depresión respiratoria y coma.
La Nabilona también está disponible sólo en algunos países, como Estados Unidos, Canadá, Australia, Reino Unido, Irlanda y Dinamarca. Requiere una receta médica.
Rimonabant
Además de estos dos medicamentos cannabinoides sintéticos aprobados, una tercera droga llamada Rimonabant fue aprobada para reducir el apetito. A diferencia de los dos cannabinoides sintéticos anteriores, que estimulan los receptores CB1, el Rimonabant funciona bloqueando la actividad CB1. Esto produce el efecto opuesto, reduciendo el apetito en lugar de estimularlo. Mientras que el rimonabant llegó al mercado como una droga para perder peso, fue finalmente retirado por su potencial para conducir a graves trastornos del estado de ánimo.
Medicamentos como el Dronabinol y la Nabilona tienen la aprobación de autoridades reguladoras. Como resultado, se basan en estudios clínicos que demuestran su eficacia. Lamentablemente, otras formas de cannabis, si bien suelen demostrar una eficacia similar, no han tenido la oportunidad de someterse a estos ensayos debido a las restricciones legales que afectan a la marihuana medicinal en general, por lo que tienen menos datos clínicos.
Cannabinoides sintéticos versus cannabis natural
Muchos pacientes siguen manifestando una preferencia por los productos naturales del cannabis en comparación con las opciones sintéticas. Esto puede deberse a que las opciones sintéticas tienen como objetivo principal replicar los efectos del THC: un compuesto específico de la planta. Sin embargo, con la planta entera de cannabis, el THC no es el único químico presente. En cambio, vemos una mezcla de muchos componentes potencialmente terapéuticos. De hecho, hay más de 500 sustancias químicas identificadas que podrían estar presentes en cualquier dosis de cannabis de planta entera. Estos químicos interactúan entre sí sinérgicamente a través del efecto de séquito.
El efecto séquito implica que los químicos activos de la marihuana trabajan juntos para crear efectos que no provendrían de ninguna de sus partes individualmente. Si bien el THC es a menudo una característica principal presente en esta mezcla, otros químicos en la mezcla pueden aumentar sus efectos. Así, se crean resultados más efectivos con menos efectos secundarios que el THC (o los cannabinoides sintéticos similares) solos.
Drogas cannabinoides ilícitas: Spice, K2 y otros
Si bien algunos cannabinoides sintéticos se someten a rigurosas pruebas médicas, también hay cannabinoides sintéticos que no han pasado ninguna prueba de seguridad humana y pueden suponer un grave riesgo para la salud. Son drogas callejeras de diseño, normalmente vendidas como “incienso” y marcadas como “no aptas para consumo humano” para evitar repercusiones legales.
Aún así, están claramente destinadas a ser usadas como drogas recreativas debido a su comercialización, que le da la apariencia de flor de cannabis. Estas mezclas suelen ser algún tipo de mezcla herbal inactiva que ha sido rociada con cannabinoides sintéticos para que al fumarla produzca efectos psicoactivos.Comúnmente encontradas en tiendas de tabaco, estas drogas son fácilmente accesibles y pueden llevar la etiqueta “Spice” o “K2” entre otras. Pero normalmente no está claro exactamente qué cannabinoides sintéticos están presentes en cualquiera de estos productos. Como otras drogas recreativas, son más comúnmente usadas por gente joven de entre 20 y 30 años, y más a menudo por hombres.
Los peligros que implican
A pesar de su uso y accesibilidad generalizados, estas drogas han causado una ola de enfermedades y algunas muertes. Por ende, es importante saber que estas drogas pueden ser extremadamente peligrosas e impredecibles. Puedes probar una versión de ‘Spice’ o ‘K2’ y estar bien, pero luego tener serios problemas con el siguiente lote. Esto se debe a que no hay uniformidad en cuanto a cuáles cannabinoides sintéticos se añaden a la mezcla. De hecho, estos productos químicos no siempre son siquiera cannabinoides sintéticos: también pueden incluir opiáceos o alucinógenos sintéticos. Incluso ha habido casos de veneno para ratas encontrado en estas mezclas.
El supuesto beneficio de estas mezclas “Spice” es que proporcionan un “subidón legal” que no aparece en una prueba de drogas, y muchos creen que son seguras ya que están fácilmente disponibles. Desafortunadamente, la suposición de seguridad está lejos de ser exacta. A diferencia del cannabis natural, donde nunca ha habido un caso de sobredosis tóxica, los cannabinoides sintéticos pueden definitivamente conducir a una sobredosis y posiblemente a la muerte.
El uso de estas drogas peligrosas es como jugar a la ruleta rusa. Algunas pueden producir efectos secundarios negativos como náuseas y vómitos, agresión o agitación, y un ritmo cardíaco rápido. Otras pueden causar problemas más graves como derrames cerebrales, convulsiones, insuficiencia renal o la muerte.
La historia de los cannabinoides sintéticos ilícitos
Entonces, ¿cómo entraron estas drogas peligrosas en el mercado? Bueno, en realidad comenzó cuando investigadores científicos, como el profesor John Huffman de la Universidad de Clemson, comenzaron a sintetizar cannabinoides para la investigación médica. Huffman y otros investigadores nunca tuvieron la intención de introducir estas drogas sin realizar pruebas rigurosas, y algunas claramente no eran adecuadas para el consumo humano.
Pero después de que se publicara la investigación, las fuerzas del orden informaron a Huffman que los peligrosos productos “Spice” que causaban problemas de salud habían sido rociados con el cannabinoide exacto que él había estado investigando: JWH-018. Resulta que los fabricantes de drogas de diseño revisaron muy bien esta investigación cuando se publicó. Así, notaron que estas sustancias podrían producir efectos similares a los de la marihuana.
Sin preocuparse por la seguridad pública, comienzan a producir estos cannabinoides sintéticos y los ofrecen como alternativas al cannabis. Así que en el 2005 estos comenzaron a llegar a las estanterías de Europa, y se extendieron a otras áreas desde allí.
El papel de los gobiernos
Aunque los gobiernos intentaron prohibir los cannabinoides sintéticos particulares que se utilizan (como JWH-018, HU-210 y CP 47.497), este enfoque sólo ha estimulado a los productores de drogas a crear nuevos cannabinoides sintéticos. Ahora un número desconocido de cannabinoides sintéticos están ampliamente disponibles y son difíciles de identificar o mantener fuera de la venta.
Aún así, algunos gobiernos han tomado precauciones adicionales y han prohibido cualquier producto químico que pueda interactuar con el sistema endocannabinoide, o cualquier producto químico que tenga una estructura similar a la de una droga que esté catalogada (que incluye la marihuana). En estas áreas, cualquier cannabinoide sintético es ilegal. En otras áreas permanecen en una zona gris legal. A pesar de ello, los fabricantes siguen recurriendo a afirmaciones de que no están destinados al consumo humano para evitar repercusiones legales.
Cannabinoides sintéticos ilícitos versus cannabis
Si bien estos cannabinoides sintéticos no aprobados son similares a los cannabinoides de la marihuana en algunos aspectos, como la producción de un subidón eufórico, también son muy diferentes, tanto en lo que respecta al tipo de efecto como a la intensidad del mismo.
Los consumidores deben estar preparados para cualquier efecto adverso común al cannabis. Sin embargo, algunos de los síntomas (como convulsiones, agitación, hipertensión, náuseas y disminución del potasio) son características de la intoxicación con cannabinoides sintéticos que no vemos ni siquiera en dosis muy altas de cannabis orgánico. Por ejemplo, en el 2014, sólo en los EEUU se registraron 37.500 casos de incautaciones y 3.682 casos de intoxicaciones relacionadas con el uso de cannabinoides sintéticos.
Es probable que los cannabinoides sintéticos ilícitos también varíen en intensidad, ya que algunos son más suaves y otros producen efectos mucho más intensos y duraderos que la marihuana. Efectos como alucinaciones de ansiedad, insomnio y episodios psicóticos pueden durar días o incluso semanas después del uso de cannabinoides sintéticos. Además, los efectos psicológicos a largo plazo son mucho más severos que con el cannabis, induciendo síntomas similares a la esquizofrenia en los consumidores.
A diferencia del cannabis, estos cannabinoides sintéticos también pueden provocar complicaciones mortales. Existe un vínculo entre lesiones renales, depresión respiratoria y complicaciones pulmonares, y las muertes relacionadas con los cannabinoides sintéticos.
Conclusión
Por lo tanto, mientras que la marihuana medicinal, y los cannabinoides sintéticos aprobados, pueden utilizarse de manera segura bajo la dirección de un médico, estas drogas callejeras de cannabinoides sintéticos no aprobados siempre deben ser evitadas debido a sus peligrosos impactos en la salud.
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